La migración de las aves 01/10/2025
La migración de las aves
La migración de las aves es uno de los fenómenos más extraordinarios del mundo animal. Es un movimiento predecible de ida y vuelta con punto de salida y llegada fijo, que tiene el objetivo de encontrar buenas áreas de cría en primavera y buenas zonas de alimentación en invierno. Entre los movimientos más espectaculares hallamos el charrán ártico (96.000 km anuales desde Escocia hasta la Antártida ida y vuelta) y el de la aguja colipinta (13,500 km desde Alaska hasta Tasmania en once días sin parar). En estos viajes increíbles, el elemento clave para la supervivencia de las aves es la grasa subcutánea, que acumulan antes de despegar para tener reservas de energía para el viaje.

¿Cómo se orientan las aves?
Pero ¿y cómo se orientan las aves para encontrar con precisión las zonas de cría o invernada año tras año? Pues la verdad es que utilizan una suma de diferentes métodos de orientación. De entrada, las aves, cuando se acerca la época de migración, sienten lo que se llama “intranquilidad migratoria”, es decir, están inquietos. Una vez comienza el viaje usan varios métodos de orientación:
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- Los migrantes nocturnos se orientan localizando a la estrella polar a partir de los cuerpos celestes que giran a su alrededor.
- Los migrantes diurnos se orientan por la posición del sol. Hay estudios que demuestran que si cambias la orientación del sol con espejos, las aves cambian su ruta.
- Tanto los migrantes diurnos como los nocturnos perciben y ven el campo magnético de la tierra.
- Además, todas las aves saben en qué huso horario se encuentran y detectan cuando el sol no está donde debería estar.
Un ejemplo:
Imaginad que nos llevamos una gaviota que vive en el delta del Ebro a Nueva York y la soltamos a las 14 h.
La gaviota revisa su “reloj interno” y dice:
"¡Mira son las 20 h! Pero, ¿qué hace el sol a las 14 h?"
"Ah! Debo estar 6 zonas horarias hacia el oeste…"
¡Pues venga, una voladita hacia el este… y así llegaré a casa!
¿Cómo estudiamos la migración?
A lo largo de la historia se han probado varios métodos para saber dónde van y de dónde vienen las aves migratorias, algunos tan rudimentarios como observar la luna llena y contar cuántos pájaros pasavan por delante. Posteriormente, se desarrolló el anillamiento científico de aves, lo que permitió obtener una inmensa cantidad de datos provenientes de las recuperaciones de aves anilladas. Pero claro, si ya es difícil capturar un pájaro, imagínad recapturarlo en un lugar diferente… Hoy en día existen tecnologías como los emisores GPS o los geolocalizadores que permiten marcar pájaros tan pequeños como un pinzón y obtener datos de posición, altura de vuelo y actividad tan a menudo como se quiera. Definitivamente, estos nuevos aparatos nos abren un nuevo mundo de posibilidades para investigar el comportamiento de las aves.
Institut català d'ornitologia